martes, 25 de marzo de 2014

Música, alegría o tristeza, pero simplemente, música

Es cómo cuando escuchas esa canción. Estás triste y la pones. Acaba y la vuelves a poner. Y no te cansas, porque cada vez es cómo si escucharas una diferente, diferente sentimiento, diferente imagen mental. Y no lo entiendes, pero la sientes. Sientes como el corazón te late más rápido, tus músculos se relajan, te sientes más libre, te sientes flotar lejos de tu cuerpo. Y estás tan relajada que lloras; porque lo necesitas; porque esta canción que escuchas te llena y eso te gusta, pero también odias. Te hace recordar, y esto te entristece, te acerca al abismo de sentimientos perdidos. Y de pensamientos. Y de miles de preguntas que ya no tienes fuerza para mantenerlas. Millones de preguntas flotan por tu cabeza buscando respuestas que nunca encontrarán. Y te sientes mal, sientes que no podrá ocurrir. Y esto te hace llorar con más rabia. Pero tienes que relajarte y dejar de pensar. Tienes que sentir la música y olvidarte de olvidar, recordar que no debes recordar, y solo escuchar la música, esas notas, esa letra, esa canción que te entra hasta el abismo de tu propio corazón que late una vez más por última vez...




Sueño de Luna



No hay comentarios:

Publicar un comentario