Su mejor compañero, el miedo
Locura incoherente, tiempo irreversible, sueños interrumpidos. Escuchó la ferocidad de sus latidos una vez más, un sentimiento de rabia que le crecía desde lo más hondo de su ser, pero a la vez de impotencia cuando volvía a cruzarse, de debilidad cuando veía que su preciado momento ya nunca volvería. Sentir que no podía hacer más que aferrarse fuertemente a un sentimiento que le daba la energía necesaria para seguir esperando, pero que a la vez le quitaba lo que más luchaba por mantener, por mantenerse fuerte para que ni una sola persona pudiera volver a atravesar aquel frío, aquella nueva aura que le envolvía. Despertar una madrugada más, donde sin motivo revivía todo aquello una y otra vez.
Mantenerse calmada era ahora su prioridad; su mejor compañero, el miedo. No era valiente, nunca lo había conseguido serlo en ninguna ocasión; y esta vez no iba a ser menos, la locura le acogía en su soledad, y se aferraba fuertemente a todo lo que le hacía mantenerse alejada, aunque aquellos instantes, esa lejanía le costaba hasta la última gota de esfuerzo que salía de su interior.
Sueño de Luna
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